Museo de San Isidro
San Isidro Labrador
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Descripción
Titulo:
San Isidro Labrador
Fecha:
Finales del siglo XVIII
Descripcion:
Madera tallada. Policromía.
Altura = 32,6 cm; Anchura = 9,5 cm; Espesor = 8 cm Aureola: Altura = 35 cm Peana: Altura = 4 cm; Anchura = 8 cm
Talla de madera policromada representando a San Isidro, realizada en el siglo XVIII en talleres coloniales quiteños. Pegatina sobre la base de la peana Talla graciosa, popular de S. Isidro Labrador, patron de Madrid.
Tipo:
Escultura
Núm Inventario:
Inv. CE2004/3/1
Palabras Clave:

Comentario
Se trata de una talla que representa a San Isidro Labrador, al que se identifica claramente por su típica indumentaria de color pardo y por uno de sus atributos más comunes, la reja de arado, que sostiene con la mano derecha. La imagen, realizada sin lugar a dudas por un artesano popular, representa a san Isidro de una manera muy sencilla y con gran ingenuidad, con gesto comedido en actitud de oración y recogimiento. Es una pieza de devoción popular, procedente, seguramente de un medio rural. Según información de su anterior propietario su origen debe encontrase en talleres populares coloniales, especificamente de la zona de Quito, en Perú.

El tratamiento de la escultura se aparta de la iconografía convencional del santo acuñada a partir de su canonización en 1622, y que se mantuvo con ligeras variantes hasta finales del siglo XVIII. Se acerca más a un modelo que se impone a partir de finales del siglo XVIII y que se caracteriza por la creación de un estereotipo mucho más sencillo, en el que se acentúa el aspecto de labrador, quedando excluidos elementos cortesanos, como la gola o la lechuguilla con la que se representaba habitualmente en el siglo XVII.

Este aspecto más modesto se repite en casi todas las representaciones del santo a lo largo del siglo XIX. A pesar de la falta de habilidad en la ejecución de esta figura, patente en el tratamiento de los ropajes, en el hieratismo y la rigidez de la figura, queda compensada por la gracia y expresividad del rostro, que confieren un gran encanto a esta representación popular. El estereotipo utilizado es similar al reflejado por las estampas de devoción de la época, en especial las aleluyas, destinadas a divulgar la vida y milagros del santo entre los fieles.

En este sentido, se puede considerar un claro ejemplo del papel que jugaron las estampas en la difusión de las imágenes y en especial las aleluyas, cuyo periodo de máximo desarrollo fue el siglo XIX. Por tanto esta obra puede datarse a fines del siglo XVIII o principios del XIX.

(Tomado del Informe de propuesta de adquisición por Eduardo Salas).
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