Serie concebida por el fraile benedictino Padre Sarmiento entre 1750 y 1753 para la decoración exterior del Palacio Real y concretamente de la balaustrada corrida superior, atendiendo a los proyectos de Juvarra y Sacchetti. Fueron esculpidas ciento catorce estatuas, bajo la dirección de los escultores de S.M. Juan Domingo Olivieri y Felipe de Castro, que se llegaron a colocar total o parcialmente, pues durante el reinado de Carlos III el arquitecto mayor Francisco Sabatini llevo a cabo su desmontaje y almacenamiento en el Palacio.
En 1842 fueron restauradas por Francisco Elías y José Tomás distribuyéndose por diferentes lugares, como la plaza de Oriente (cuarenta), el Parque del Retiro (trece), el Museo del Ejército y otras localidades como Aranjuez, Toledo, Burgos, Logroño y Vitoria.
En este caso la estatua pertenece a la serie del Palacio Real, instalada en la plaza de Oriente en un principio en círculo, alrededor de la estatua de Felipe IV, si bien en 1941 se trasladaron a su actual ubicación. Como en las demás series, este grupo no responde a ningún criterio lógico, pues se mezclan en él dinastías, reinos españoles y épocas sin orden.
La figura representa al rey de Asturias Alfonso III el Magno, hijo de Ordoño I, quien subió al trono en el 866 y trasladó la capital a León. Su reinado se caracteriza por la reconquista del norte de Portugal, derrotando a los musulmanes y llegando hasta Oporto. Durante una marcha sobre Toledo, su hijo primogénito García se sublevó contra él, y aunque Alfonso III pudo capturarle y encerrarle, finalmente se vio obligado a abdicar para evitar la guerra civil, retirándose a Villaviciosa, si bien tras una peregrinación a Compostela y autorización para luchar por última vez contra los moros falleció en Zamora, según la bibliografía no el año 912, como recoge la inscripción, sino en 910.