En 1983 una mujer se puso por primera vez a los mandos de un tren de Metro de Madrid. Estrella Aranda, tras presentarse a unas pruebas y superar muchas dificultades administrativas, como la imposibilidad de acreditar tener el servicio militar cumplido, abrió una senda que pronto seguirían otras mujeres. En la actualidad Estrella Aranda permanece en Metro de Madrid, siendo inspectora en el Puesto de Mando.