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Descripción
Titulo:
Reglamento para la matricula de conductores de carruajes de plaza y de los de a calesera
Fecha:
1899
Lugar:
Madrid
Descripcion:
14 p. ; 15 cm
Tipo:
Folletos
Signatura:
634/22
Palabras Clave:
Comentario
Hubo un Madrid en el que los coches se medían en caballos, pero de los que trotan y relinchan… Imaginamos aquella como una ciudad más descongestionada, libre de humos y ruidos, más humana, de la que hoy toca vivir. Este Reglamento para el Servicio de los Carruajes de Plaza aporta una pincelada más a la imagen de cómo debía ser el moverse por las calles de la capital hace siglo y medio.
Todo estaba perfectamente regulado. Las tarifas se diferenciaban según el horario, si se trataba de día laborable o “de romería”, si el viaje quedaba dentro o fuera de los límites de la población… o si el usuario alquilaba un coche tirado por dos o cuatro caballos. Otros detalles que recoge el Reglamento: a los cocheros se les permitía llevar sombrero de charol a la marinera en los días de lluvia, tenían prohibido circular o siquiera bordear la Puerta del Sol y estaban obligados a “servir carruaje a toda clase de persona, excepto a los ebrios”.
Todos los cocheros debían llevar encima un ejemplar de este Reglamento, pequeño casi como una caja de cerillas, con objeto de solventar cualquier duda surgida durante el servicio.
Texto extraído del perfil de facebook del Archivo de Villa de Madrid.
Todo estaba perfectamente regulado. Las tarifas se diferenciaban según el horario, si se trataba de día laborable o “de romería”, si el viaje quedaba dentro o fuera de los límites de la población… o si el usuario alquilaba un coche tirado por dos o cuatro caballos. Otros detalles que recoge el Reglamento: a los cocheros se les permitía llevar sombrero de charol a la marinera en los días de lluvia, tenían prohibido circular o siquiera bordear la Puerta del Sol y estaban obligados a “servir carruaje a toda clase de persona, excepto a los ebrios”.
Todos los cocheros debían llevar encima un ejemplar de este Reglamento, pequeño casi como una caja de cerillas, con objeto de solventar cualquier duda surgida durante el servicio.
Texto extraído del perfil de facebook del Archivo de Villa de Madrid.
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