La escena se ha interpretado como una sátira contra Napoleón, identificando al general español que propina un puntapié a un militar francés como Lord Wellington. Probablemente la condecoración que luce Wellington sea la de duque de Ciudad Rodrigo, título que se le concedió en la primavera de 1812.
(Descipción y comentario extraídos del catálogo "Abanicos. La colección del Museo Municipal de Madrid")