Aunque el edificio fue proyectado por Pablo Aranda, la obra fue dirigida por Julio Martínez-Zapata, quien introdujo algunas modificaciones en lo que se refiere a los remates de los pabellones que coronaban las esquinas. Fue premio de Arquitectura del Ayuntamiento del año 1918. En la actualidad han desaparecido parte de la decoración de la fachada y los pabellones de remate, que pueden contemplarse en los dibujos originales presentados al Ayuntamiento para conseguir los permisos de obra.