El monumento de la plaza de España a Miguel de Cervantes con su frente oeste o principal orientado hacia la Cuesta de San Vicente, forma un conjunto con la fuente mural que se adosa a la cara oriental del grupo escultórico. Fue fruto de un concurso convocado a iniciativa del Ayuntamiento de Madrid y celebrado en el tercer centenario de la muerte de Cervantes en 1916, que ganaron los arquitectos Rafael Martínez Zapatero y Pedro Muguruza Otaño y el escultor Lorenzo Coullaut Valera, iniciándose las obras en 1925 y concluyéndose en 1930.
El monumento consta de un cuerpo central de carácter arquitectónico concebido como un grueso obelisco o gran monolito dispuesto sobre una amplia plataforma y enmarcado en las esquinas por prominentes pilonos de remate piramidal. Coronado por un grupo de cinco figuras alusivas a las diferentes partes del mundo en torno a una gran esfera que lo representa, se decora en los dos laterales con sendas escenas de la obra cervantina, y lleva adosada al frente principal la estatua sedente de Miguel de Cervantes, en tanto que una fuente monumental se adhiere a su cara posterior. Preceden al conjunto el grupo escultórico de Don Quijote y Sancho, en una alegoría de la Literatura, así como dos representaciones posteriores de Dulcinea en ambos flancos.