En enero de 1886 se presentaba ante la opinión pública el proyecto del arquitecto municipal Carlos Velasco de la apertura de una Gran Vía que uniera la calle de Alcalá con la plaza de San Marcial. Como se comenta en el artículo de prensa de La Iberia, este proyecto hubiera supuesto la desaparición o reforma de 340 casas e iglesias, incluidas la de San Antonio de los Portugueses y la de las Arrepentidas.