El Almacén Madrid-París cerró sus puertas y en el verano del año 1933 el edificio se dedicó a nuevas explotaciones comerciales y de ocio. Abrieron sus puertas en ese mismo año los Almacenes Populares SEPU y más tarde en 1935 el cinematógrafo Madrid-París. En el artículo del que se extrae la imagen se puede leer que la fachada del cine Madrid-París "desarrollada en amplias puertas de cristales, es un llamamiento al espectador, que se siente atraído por la sinfonía de colores del interior...". Más tarde conocido como "cine Imperial" cerró recientemente sus puertas para transformarse en una tienda de ropa.