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Patrimonio urbano
Rafael Altamira
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Descripción
Titulo:
Rafael Altamira
Fecha:
2015
Lugar:
Madrid
Descripcion:
Dirección: C/ Lagasca, 105.
Distrito: Salamanca
colocada en el 16/X/2015
Tipo:
Placa conmemorativa
Signatura:
s/sign

Comentario
En esta casa vivió de 1911 a 1936 el historiador, escritor, jurista, educador y pacifista RAFAEL ALTAMIRA (1866 – 1951). Miembro de la Institución Libre de Enseñanza y Juez del Tribunal Internacional de La Haya.

El polígrafo Rafael Altamira y Crevea nació en Alicante en 1866. Con apenas 16 años inició sus estudios de derecho en la Universidad de Valencia donde conoció, entre otros, a Vicente Blasco Ibáñez. También en aquellos años universitarios trabó amistad con Joaquín Sorolla, José Martrínez Ruiz (Azorín) o el catedrático institucional Eduardo Soler, que le puso en contacto con Francisco Giner de los Ríos, Manuel Bartolomé Cossio y Joaquín Costa. En aquellos años universitarios, Altamira se inicia en una literatura de corte naturalista con el libro de relatos “Cuentos de Levante” y la novela “Reposo”.

En 1886 viaja a Madrid para obtener su doctorado con la tesis “Historia de la Propiedad Comunal”, dirigida por Gumersindo de Azcárate. En 1888 forma parte de la redacción del periódico del partido Republicano, “La Justicia”, que dirige Nicolás Salmerón, donde firma sus artículos con el pseudónimo ‘Ángel Guerra’. Fue también en estos años en los que liga su destino a la Institución Libre de Enseñanza, cuyo Boletín dirigirá mientras trabaja como abogado en el bufete de Nicolás Salmerón.

En 1891 publica “La enseñanza en la historia”. En 1895 crea y dirige junto con Luis Ruiz Contreras la “Revista Crítica de Historia”, que pasará a dirigir hasta 1898, ampliando su marco de interés hacia las “Literaturas Españolas, Portuguesas y Americanas”.

En 1898, imbuido por el espíritu regeneracionista, publicó su “Psicología del pueblo español” y, posiblemente su obra más importante, la “Historia de España y de la civilización española”.

Entre junio de 1909 y marzo de 1910, Altamira viajó por Ibero-América y EEUU, impartiendo más de trescientas conferencias en universidades y centros culturales como enviado de la Universidad de Oviedo en su Tricentenario. A su regreso publicó “Mi viaje a América”. Ya en España es nombrado Inspector General de Enseñanza y, poco después, Director General de Enseñanza Primaria, lo que le permitió introducir mejoras en la inspección técnica, en los estudios de Magisterio, así como poner en marcha métodos novedosos como los de la Escuela-Jardín o la Escuela al Aire Libre.

En 1914 obtiene la cátedra de “Historia de las Instituciones Políticas y Civiles de América” en la Universidad Central de Madrid. Ese mismo año se declara aliadófilo en la I Guerra Mundial y publica “La guerra actual y la opinión española”.

En 1922 es elegido miembro de la Real Academia de la Historia y, un año más tarde, se le nombra catedrático del Colegio de Francia en París. En 1932 es propuesto para el Premio Nóbel de la Paz por su labor antibelicista.

Se ve obligado a exilarse al inicio de la Guerra Civil Española: primero se instala en Holanda como Juez Permanente del Tribunal de La Haya, posteriormente, debido al avance de los nazis, en Bayona y luego en Portugal. Es invitado por la Fundación Carnegie para dar un curso en la Universidad de Columbia (Nueva York), pero a causa de un inesperado accidente y de una ruptura de cadera, se ve obligado a exilarse a México D.F., junto a sus hijas.

Rafael Altamira fue uno de los primeros intelectuales que impulsaron la Historiografía Española, relacionando la cultura y la historia de las ideas al relato de los hechos más significativos de los diferentes periodos estudiados. Fue un impulsor constante de la Institución Libre de Enseñanza, aunque mantuviese su orientación ideológica liberal-progresista frente a la tendencia krausista que tanto influyó en la intelectualidad española de su tiempo.

Murió en 1951 en la ciudad de México cuando había sido nuevamente propuesto al Premio Nóbel de la Paz.

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