"Se pintó en 1785 para tejer un tapiz para el dormitorio de Infantes del Palacio de El Pardo (...) Lo alargado del formato, la complejidad topográfica del lugar representado y la multitud de personajes que lo pueblan, son algunas de las dificultades mayores que el pintor ha tenido que salvar en esta composición...".
Comentario extraído del libro "Catálogo de las pinturas. Madrid: Museo Municipal".