Patrimonio urbano
Ángel Vázquez
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Descripción
Titulo:
Ángel Vázquez
Fecha:
2016
Lugar:
Madrid
Descripcion:
Dirección: C/ Atocha, 98.
Distrito: Centro, Arganzuela.
Colocada en el 23 de junio de 2016
Tipo:
Placa conmemorativa
Signatura:
s/sign

Comentario
Aquí vivió sus últimos días el escritor ÁNGEL VÁZQUEZ (1929 -1980) autor de “La vida perra de Juanita Narboni”

Ángel Vázquez, nacido en Tánger con el nombre de Antonio que más tarde cambiaría por el de Ángel para encabezar sus libros, era hijo de un camarero y de una mujer muy conocida por la sombrerería de la calle Siaguins que regentaba. Ángel Vázquez tuvo, como lo calificó su amigo Emilio Sanz, “una originalidad de origen”, pues el Tánger que conoció en su infancia y adolescencia era una ciudad abierta por la que deambulaban intelectuales y artistas como Jean y Paul Bowles, que fueron amigos personales del escritor, Tennesse Williams, Truman Capote, Gore Vidal, Samuel Beckett, Djuna Barnes, Patricia Highsmith, Paul Morand, Jean Genet, William Burroughs o Francis Bacon, entre otros.

Tanger es la ciudad que retrata en sus obras y la ‘yaquetía’, esa modalidad de castellano que aprendió en la sombrerería de su madre, se convertirá en la lengua de sus novelas, especialmente de “La vida perra de Juanita Narboni”.

Autodidacta, políglota, apolítico, desclasado, alcohólico y homosexual, Ángel Vázquez tuvo diversos oficios: trabajó en la oficina de judío húngaro huido del nazismo, fue dependiente de la ‘Librerie des Colonnes’ y colaboró con el ‘Diario de España’, que dirigió Eduardo Haro Tecglen.

Con la independencia de Marruecos, a finales de la década del 50 del pasado siglo, sus problemas económicos y personales se agravaron, teniendo que emigrar a la península en 1965. Después de recorrer diversos lugares, como Jubrique (Málaga), donde trabajó para el ayuntamiento local, se estableció en Madrid.

Ángel Vázquez ganó en 1962 el premio Planeta por su primera novela “Se enciende y se apaga la luz”, en 1964 publicó “Fiesta para una mujer sola” y, ya en 1976, la que sería su gran obra “La vida perra de Juanita Narboni”. En esta novela una mujer madura de pasaporte inglés, con apellido italiano, aunque esencialmente andaluza como su madre, cuenta la vida de Tánger en la peculiar jerga de la ‘yaquetía’, que es el habla popular de la ciudad. En la introducción de esta novela, Ángel Vázquez confesará: “la verdad es que no siempre se ha conocido y reconocido como se merece esta vital y sorprendente fuerza de adaptación de nuestra lengua. Lengua viajera. Lengua de emigrantes. Mi aportación se reduce a bien poco: tan solo a una ciudad, en un Tánger que, como quedó dicho, no es ya lo que fue. Hoy la ciudad retorna a su pasado árabe y sería de incautos contradecir a la todopoderosa madre Historia. Pero si he escrito este libro es porque sobreviven allí, y desperdigados por el mundo, no pocos tangerinos que siguen hablando al modo y estilo de Juanita Narboni. Por supuesto, el tiempo los irá borrando. Sirve esta novela –de servir para algo- como testimonio de recuerdo, de cariño.”

Como recuerdo y testimonio de una forma de hablar y de una ciudad que ya no existirán más, “La vida perra de Juanita Narbona” es una de las obras maestras e imprescindibles novelas de la segunda mitad de siglo XX español.

Hacia finales de 1972, Ángel Vázquez se instaló en esta pensión de la calle Atocha, 98, a la que denominó la “mansión de Drácula”, por su aire de abandono y decadencia, que describirá en su novela “Juanita Narbona”. Y fue en esta casa de huéspedes donde murió de una crisis cardiaca, tras haber destruido dos novelas que se sentía incapaz de terminar, el 25 de febrero de 1980.

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