Leemos un anuncio de la revista Cinelandia (1931): “Hoy en día dedicar atención a su apariencia es una necesidad. No sólo debe usted tratar de aparecer lo más atractivo posible por su propia satisfacción personal, sino que encontrará que la humanidad en general le juzgará grandemente por su fisonomía; por lo tanto, vale la pena de que procure ser lo mejor parecido posible en todo tiempo”.
No queremos dar ideas, pero en tiempos en los que las operaciones de cirugía estética no están al alcance de todos, la solución puede resultar útil. El Trados 25 propone utilizar la presión sobre la nariz, a través de seis reguladores ajustables, para moldear su forma y tamaño. Utilizándolo varios meses por la noche el fabricante afirmaba que era posible transformar “tu apéndice nasal para adaptarlo al canon de belleza más exigente”.