Pertenece a la serie de dibujos del artista plástico Leo Vicent, que realizó para su amigo Gabino Domingo de la Freiduría de Gallinejas Embajadores, se encuentran enmarcados y expuestos en el local.
Los quioscos callejeros en los que se freían y vendían gallinejas y entresijos eran habituales en los barrios obreros de la periferia. Estos puestos, muy similares a las pequeñas casetas de las castañeras, formados con bastidores de madera y un fuego con una gran sartén donde las gallinejas se freían en su propio sebo. Las mujeres que los atendían llamadas “gallinejeras” o “chicharroneras” iban todas ataviadas de manera similar, con delantal y manguitos de color blanco impecable para transmitir sensación de limpieza a los clientes.