Composición de azulejos que preside uno de los salones de la Freiduría de Gallinejas Embajadores, la escena representa una gallinejera vendiendo en uno de los puestos callejeros que abundaban por la periferia de Madrid. Gabino Domingo lo encargó para dedicárselo a sus clientes teniendo la satisfacción de haber puesto en marcha el primer restaurante dedicado exclusivamente a la venta y consumo de gallinejas.