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Descripción
Titulo:
Lavadora mecánica Siglo XX
Fecha:
1902
Lugar:
Madrid
Descripcion:
Anuncio extraído de la Guía para los viajeros de ferrocarriles de España, Francia y Portugal del año 1902
Tipo:
Noticias
Signatura:
862/5
Palabras Clave:
Comentario
Digitalizando la Guía para viajeros de ferrocarril de España, Francia y Portugal del año 1902, procedente de los fondos de la Biblioteca Histórica, nos hemos encontrado un anuncio un tanto singular.
Dice así:
“Lavadora mecánica "Siglo XX" – Ahorra tiempo, trabajo y dinero. Sentado, la mueve un niño. Evita el contagio de la sarna, lepra, viruela, etc., al mezclarse la ropa propia con la ajena contagiada y de las aguas frecuentemente sucias con que ahora se hace el lavado.
Lava con toda perfección desde la manta más burda al más delicado encaje, sin destruir ni un hilo.
De venta en la calle de Bárbara de Braganza de Madrid, número 5.”
Y acompaña el anuncio un pequeño dibujo en el que se ve como, efectivamente un niño, que no debe alcanzar los cinco años de edad, está accionando a través de una manivela la cubeta donde gira la ropa para lavar.
Un lujo al alcance de los que no querían confiar su ropa a las lavanderas del Manzanares, pero sólo para los que podían reunir las 140 pesetas al contado, o las 2 pesetas 50 céntimos en cómodos pagos semanales, que costaba el invento procedente, como todo lo bueno, del mismísimo Nueva York.
Sucedió en Madrid, hace 115 años.
Dice así:
“Lavadora mecánica "Siglo XX" – Ahorra tiempo, trabajo y dinero. Sentado, la mueve un niño. Evita el contagio de la sarna, lepra, viruela, etc., al mezclarse la ropa propia con la ajena contagiada y de las aguas frecuentemente sucias con que ahora se hace el lavado.
Lava con toda perfección desde la manta más burda al más delicado encaje, sin destruir ni un hilo.
De venta en la calle de Bárbara de Braganza de Madrid, número 5.”
Y acompaña el anuncio un pequeño dibujo en el que se ve como, efectivamente un niño, que no debe alcanzar los cinco años de edad, está accionando a través de una manivela la cubeta donde gira la ropa para lavar.
Un lujo al alcance de los que no querían confiar su ropa a las lavanderas del Manzanares, pero sólo para los que podían reunir las 140 pesetas al contado, o las 2 pesetas 50 céntimos en cómodos pagos semanales, que costaba el invento procedente, como todo lo bueno, del mismísimo Nueva York.
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Opiniones
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