José, el padre de Marisa, tenía aquí 19 años. Trabajaba en el club de campo que ahora está en la Carretera de Castilla llevando los carritos de los señores. «No te vayas a creer que estaba allí porque tenía dinero». Su señor se llamaba Joaquín Santos Suárez. «Jugaba muy bien al golf». A propósito del deterioro de la imagen, Marisa dice que cuando era pequeña su madre le dejaba jugar con las fotos y ella las doblaba.