Pertenece al grupo de los cordófonos. Consta de 47 cuerdas hechas de tripa, nylon o alambre, que se pulsan con ambas manos. La columna suele medir 1,85 metros de largo, y el resonador es una caja de madera que amplifica el sonido de las cuerdas y se apoya en el hombro del instrumentista al tocar. Fue ya empleada en las antiguas culturas de Oriente Medio, Egipto, Grecia y Roma. En el siglo XVIII se añadió un complejo sistema de pedales que permite variar la longitud de algunas cuerdas para obtener ciertos sonidos cromáticos (los equivalentes a las teclas negras del piano). Entró a formar parte de la orquesta sinfónica a mediados del siglo XIX. Posee un sonido delicado y envolvente.