, del lat. Bombus: “ruido”, se originó en Sumeria y en la antigua China y fue introducido en Europa por los turcos en el siglo XVII. Está formado por un casco de madera y dos membranas sujetas tensadas con palomillas o llaves, en las que se golpea con una variedad de mazas y baquetas. Normalmente en orquesta se utiliza con un soporte del que se suspende mediante unas gomas. El bombo de marcha o desfile es más pequeño y se lleva colgado con unas correas. Su sonoridad puede pasar de un murmullo a un fortísimo estruendo.