El Paseo de las Delicias, que partía desde la Puerta de Atocha hasta el Manzanares, era uno de los más frecuentados en el Madrid diciochesco. Por él caminan grupos de paseantes bajo las arboledas y algunas parejas sentadas junto a los árboles, en el atardecer. Pintado por Ramón Bayeu, bajo la dirección de su hermano Francisco, para servir de modelo a un tapiz que actualmente se encuentra en la Antesala de Embajadores de El Escorial, aunque en u principio estaba destinado al cuarto del príncipe de Asturias en el palacio de El Pardo.
Texto extraído del "Catálogo de pinturas del Museo Municipal de Madrid".