Esta parroquia de Santa Ana fue proyectada en 1965 por el arquitecto MIGUEL FISAC, siendo de las obras pioneras en las que se aplicaron las directrices litúrgicas del Concilio Vaticano II
Esta parroquia de Santa Ana, en el barrio de Moratalaz, es un ejemplo del trabajo arquitectónico de Miguel Fisac (Ciudad Real, 1913 – Madrid, 2006). El cemento visto adquiere una expresividad espiritual y parece conducirnos al interior de una gruta paleocristiana o a una catacumba. Recupera así, a través del los materiales y del diseño arquitectónico, la historia espiritual de la religión cristiana en sus estadios primitivos.
Miguel Fisac se vio influido en su juventud por los trabajos del norteamericano Frank Lloyd Wright y del sueco Gunnar Asplund. Se interesa también por la arquitectura popular, donde se aúnan el paisaje, las necesidades humanas, la historia y la estética. Siendo estas las pautas que irían a determinar su trabajo en el que prima su interés por el hormigón pretensado y postensado, que le permite crear piezas huecas que parecen huesos de pájaros con gran ligereza y resistencia. Este material, junto con otros utilizados habitualmente en arquitectura, le permiten unas construcciones aéreas y sólidas, luminosas y habitables. Como confesó en una de sus últimas entrevistas, “La arquitectura es, como decía Lao Tse, el aire que queda dentro. Ahora lo que nosotros vemos es lo que utilizamos para dejar ese aire dentro.”
Entre sus obras más conocidas en Madrid están los primeros edificios de la Colina de los Chopos (1942-48), el Centro de Investigaciones Biológicas (1951), el emblemático edificio de los Laboratorios Jorba (1965), conocido como “La Pagoda”, que fue derruido por intereses puramente comerciales a finales del siglo XX, el edificio de IBM en el Paseo de la Castellana o esta parroquia de Santa Ana, donde supo conservar el espíritu religioso e histórico con la utilización de los más actuales materiales de construcción.
En su libro “La molécula urbana” (1969) presenta una propuesta para una ciudad del futuro, que definió como “Ciudad convivencial”.