En enero de 1919 la minoría maurista del Ayuntamiento, encabezada por Ángel Osorio, propuso al Ayuntamiento la creación de pequeñas bibliotecas infantiles en parques o junto a estatuas de hombres célebres, a imitación de lo ya realizado en otras ciudades europeas y españolas.
Esta propuesta se materializó en Octubre de ese mismo año con la creación de dos bibliotecas: una en el Retiro y otra en el Parque del Oeste, en principio como se lee en el periódico El País, “sin puertas ni guardianes” y con el lema "Estos libros, que son de todos, a la custodia de todos se confían".
Se trataba de sencillas construcciones de signo modernista, a modo de templetes, donde se situaba la estantería o librería con un cierre metálico y atendida por un funcionario que daba el préstamo correspondiente.