Su nombre hasta 1895 era calle de la Garduña, se dice que en ella estaban las posesiones de la familia García de Barrionuevo y que ciertos muchachos robaban las gallinas de la familia, robos que se achacaban a una garduña. Pusieron una trampa lazo en el lugar por donde supuestamente entraba, quedando atrapado uno de los muchachos, que debido a los esfuerzos que hizo para huir apareció ahorcado.
A partir de 1895 pasó a llamarse Federico Balart (1831-1905), periodista, poeta, crítico, político y director del Teatro Español, vinculado al Realismo. La calle desaparece al construirse el tercer tramo de la Gran Vía (comprendido entre la Plaza del Callao y la Plaza de España).