Un toro escapado mientras era conducido al matadero recorrió varias calles hasta ingresar en la Gran Vía, mientras provocaba el pánico entre los transeúntes y causaba heridas graves a una mujer y contusiones a otras varias personas. El torero Diego Mezquiarán "El Fortuna" (marcado con una x en la fotografía) que pasaba por la Gran Vía pudo contener al toro con su gabán a modo de capote mientras le traían un estoque que mandó ir a buscar a su domicilio. Dice el artículo de la revista Nuevo Mundo del 25 de enero de 1928:
"Quince minutos tardan en traérselo. Y mientras, Fortuna entretiene, burla y sujeta al toro, evitando que haga nuevas desgracias, que siembre el pánico en la ciudad. Y cuando Fortuna empuña el estoque y fija a la res y la hiere certero, y luego, con un descabello, la hace rodar inerte, mientras esto ocurre, la multitud se olvida de su pánico. Y las mujeres en los balcones, y los hombres en la calle, no sienten miedo ya. De ciudadanos atemorizados se han convertido en espectadores..."