La fotografía se extrae de un artículo publicado en la revista Estampa en el que se da cuenta de la inauguracíón de un salón de billares en el edificio del cine Callao. Se trataba de un establecimiento perteneciente a la cadena Brubbiks de París, dotado de 32 mesas, incluidas algunas exclusivas para profesionales y de una sala aparte dotada de graderío para la celebración de competiciones. Un bar americano completa las instalaciones, sirviendo "sabrosísimos tónicos a los infatigables aficionados".