Isabel II y Francisco de Asís, seguidos del gobierno y escoltados por alabarderos, aparecen a la entrada de la desaparecida iglesia de Santa María. El vecindario observa la escena, bien en la calle o asomado a los balcones. Entre los militares retratados se reconoce al general Narváez.
En la iglesia de Santa María, situada al final de la calle Mayor y demolida en 1868, se celebraban todos los actos oficiales de la Casa Real, siendo también costumbre recibir en la misma la visita de los soberanos el Jueves Santo para venerar el Santísimo.