Vista de la ciudad desde el río Manzanares con los lavaderos en primer término y el caserío detrás en el que únicamente destacan el Palacio Real y la cúpula de San Francisco el Grande.
Se trata de una de las pinturas que Beruete dedicó a la cornisa del Manzanares, dentro de sus acostumbradas panorámicas urbanas de diversas ciudades españolas, en su etapa de madurez en la que ya se ha alejado de la influencia de Carlos de Haes para acercarse al impresionismo.