Desde que Felipe V asume la corona de España el gran reto de los Borbones será borrar la realidad e imagen de decadencia del país y sustituirla por la de la modernización, y por ello su política de Estado estará determinada por la incorporación del país al progreso y a la "civilización". Por su procedencia y linaje, para llevar a cabo esta transformación Felipe V tomará la corte francesa como referente. Además de en España, la influencia francesa se dejó sentir en toda Europa, ya que la política de Luis X IV había convertido Francia en la potencia hegemónica europea y el gusto que se gestó durante su reinado será el que finalmente se imponga, con mayor o menor presteza, en el continente.