Julián bromea con un amigo suyo. «Como siempre», dice Toñi, «se metía con todo el mundo». La viuda de Julián no sabe quién es el de blanco, pero está claro que se conocen, «porque había química entre ellos». «Tenía amigos por todas partes. Un día en Vigo le reconocieron y le gritaron desde un coche: ´¡¡¡Lechero!!!´»