La quinta de la mili de Nicolás después de celebrar el sorteo en el que descubrirían cual sería su destino para los próximos 18 meses. A Nicolás le tocó en el Parque Central de Trasmisiones del Prado. «Mis recuerdos son muy bonitos, pero un poco duros porque tenía que trabajar porque necesitaba dinero y no podía por estar estar en la mili, luego me dieron el pase pernorta, y por las tardes trabajaba en un taller de carpintería de Aravaca».