Un día, Elisa volvía de trabajar del Instituto Llorente (era la filtradora de calcio) y fue a ver una carrera. Juan «el Mosca» le había apuntado para que corriera con la bici de su padre, que era de carreras. «Me dijo: ´Cógete la bicicleta de tu padre que corres´». Quedó en segundo lugar, por eso lleva un trofeo en la mano. De lo rápido que iba «no veía la meta ni veía nada». Elisa iba a trabajar en bicicleta: «Tenía la bicicleta más bonita que había en Aravaca, de paseo con una redecilla». En otra ocasión subió la cuesta de las perdices agarrada a un camión.