Es el instrumento más grave de la familia de viento metal y todas las orquestas y bandas suelen contar con, al menos, una. Consta de un tubo cónico de 5,5 metros enrollado en varias vueltas, que se ensancha y termina en una gran campana. Suele ser de latón y dispone de un sistema de pistones o válvulas que acortan o alargan la longitud del tubo para obtener las diferentes notas. El sonido lo genera la vibración de los labios del instrumentista en la boquilla. Su sonido es muy potente y penetrante, y requiere expulsar gran cantidad de aire, lo que obliga al instrumentista a respirar con bastante frecuencia. Se creó en la década de 1830, sin muchas modificaciones desde entonces. En las bandas se utiliza una variante que surgió en el siglo XX llamada sousafón o helicón, con forma circular que se apoya en el hombro del intérprete.