La idea de erigir un monumento a Emilia Pardo Bazán partió del periodista de El Imparcial, Eugenio Rodríguez de la Escalera, y fue la duquesa de Alba quién presidió el patronato para costearlo entre un grupo de mujeres españolas y argentinas, tal y como figura en la inscripción. Posteriormente se trasladó un escrito al conde de Romanones, Director de la Real Academia de Bellas Artes, organismo que convocó el concurso para su ejecución.
Tras declararse desierto se adjudicó al escultor Rafael Vela del Castillo, quien realizó la estatua, y a Pedro Muguruza, arquitecto encargado del pedestal. Se instaló en la calle de la Princesa, frente a la casa donde estuvo su última morada, junto al Palacio de Liria. La inauguración tuvo lugar el 24 de junio de 1926 con asistencia de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia; la madre del primero, María Cristina; el Director de la Real Academia, el conde de Romanones, y el hijo de la escritora, el conde de la Torre de Cela. Fue restaurada tras la Guerra Civil y de nuevo en 1976, por el Ayuntamiento. Dentro del Plan de Actuación para la Restauración de Monumentos debido a la designación de Madrid como Capital Europea de la Cultura 1992 se volvió a restaurar con proyecto de 1990 y dirección de obra del arquitecto Manuel Rivero y el aparejador José Barrado, que finalizaron la actuación en 1991. En 1995, según la inscripción R 1995, es probable que hubiera otra restauración.
El escultor Rafael Vela del Castillo nació en Madrid en 1892, se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y fue escultor del Museo de Reproducciones Artísticas de Madrid; también realizó para Madrid el monumento a Tirso de Molina y la lápida al doctor García Siches.
Se trata de un prisma troncopiramidal escalonado, de volúmenes macizos y de planta cruciforme, que descansa sobre una base de granito. En el frente se adosa una lápida en mármol enmarcada por una moldura simple en caliza, que representa una escena en relieve de una de sus obras, en la que aparece una carreta tirada por un buey, cargada de heno, sobre la que se asientan una pareja de mujeres. En los laterales aparecen sendas ménsulas estriadas de gran tamaño que sirven de unión entre en cuerpo inferior y el superior.