Figura de un hombre, seguramente retratado del natural, sentado en un barril, viéndose otro en el pilón de la fuente de Cibeles, rodeada de árboles y edificios.
Curiosa descripción del tipo rústico de aguador, tan habitual en las calles madrileñas durante el siglo XIX. La reproducción fiel de su indumentaria, con la hombrera de cuero para cargar los barriles, y el gesto de la mano en el bolsillo, seguramente preparando un pitillo hacen de este modesto cuadro una obra llena de gracia y pintoresquismo, capaces de suplir su modesta calidad artística.
Fuente: Catálogo de las Pinturas, 1990, pág. 239. Museo Municipal de Madrid.