Fechada en 1914, esta obra tiene como motivo único un grupo de mujeres que con gesto divertido, tocadas con mantillas con madroños y flores y, en general, vestidas de negro, sosteniendo en sus manos enguantadas abanicos, caminan para cumplir los ritos religiosos tradicionales de la Semana Santa. Al fondo de la escena podemos observar los perfiles de la acera derecha de la calle de Alcalá, con la pared lateral del edificio de la Unión y el Fénix en primer plano, distinguiéndose a continuación la gran cúpula de la iglesia de las Calatravas y el remate del Casino de Madrid. La obra aparece resuelta con una gran agilidad de trazo, una combinación cromática simple pero jugosa que utiliza el blanco y el negro con pequeños toques de color y una composición basada en el movimiento ejecutado con gran audacia plástica.
Una de las figuras femeninas parece el mismo modelo que, con el título En viernes Santo. Madrid, aparece firmado y fechado en 1908. La misma temática podemos contemplar en el óleo en Semana Santa (1921) en el que las mujeres madrileñas con devocionarios en sus manos enguantadas y vestidas de "manolas", van camino de la iglesia de San José (antes de San Hermenegildo) en la calle de Alcalá para hacer el recorrido de visitas a monumentos religiosos.
En esta pintura junto con otras de la misma temática pertenecientes a la colección de Ramón Aburto, parece que el retrato corresponde a la hermana del pintor, retratada también con mantilla negra en 1906.