En un interior palaciego, con arquerías y vidrieras góticas, se encuentra a la izquierda el Rey, con capa de armiño y corona, de pie, delante en un gran trono con dosel. Le está entregando un pergamino a un noble que se inclina para recogerlo, mientras un paje sostiene otro rollo para hacer lo propio con el siguiente de una larga fila de ciudadanos. Entre ellos destaca un paje llevando el pendón con el escudo de Madrid. La escena se completa con un escribano que, a la derecha del monarca, va tomando nota en un gran libro, apoyado en un escritorio, y demás cortesanos, monjes, etc. que asisten a la ceremonia.
Pintura de historia que recoge el importante momento en que el monarca instituye el Ayuntamiento de Madrid en enero de 1346, pasando de ser un Concejo abierto -que se reunía a toque de campana- a una institución cerrada con la función específica de regir la vida de la ciudad. Refleja concretamente la entrega de su nombramiento a los doce primeros regidores, cuyos nombres y cargos conocemos por la Real Cédula otorgada por el Rey y conservada en el Archivo de Villa. El cuadro recibió la tercera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1890. Presenta las características propias de las obras del género, tan en boga a finales del siglo XIX. Una composición en horizontal, muy clásica, con dibujo cuidado, cierta monumentalidad, puesta en escena y detallismo casi arqueológico. Existe un boceto en el Museo de Bellas Artes de Asturias.