Descripción
Titulo:
Monasterio de San Felipe
Fecha:
1991
Lugar:
Madrid
Descripcion:
C/ Mayor, 1
Distrito: Centro
Colocada en el año 1991
Editor: Ayuntamiento de Madrid
Distrito: Centro
Colocada en el año 1991
Editor: Ayuntamiento de Madrid
Tipo:
Placas conmemorativas
Signatura:
s/sig
Palabras Clave:
Comentario
En este lugar estuvo desde 1547 el MONASTERIO DE SAN FELIPE célebre por sus gradas o mentidero "de donde salían las nuevas primero que los sucesos"
Donde la Puerta del Sol se estrecha para entrar en la calle Mayor estaba desde 1547 el grandioso Monasterio agustino de San Felipe el Real.
En el Siglo de Oro, la monumentalidad del conjunto en su exterior le permitía albergar un ambiente sin igual, tanto sobre las empinadas gradas que subían al Templo elevándolo del nivel de la calle, como en el espacio de los laterales junto a la calle, que se convirtieron en locales comerciales, sobre todo de libreros y que el vulgo vino a llamar “las covachuelas” de San Felipe. Aquí se vendieron muchas de las primeras ediciones de nuestros clásicos en pliegos de cordel.
Este lugar estaba tan bien ubicado, que era un auténtico mirador de la vida y las ansias urbanas. Ahí estaban “enterándose” todos y de todo. Por ello Vélez de Guevara en “El diablo Cojuelo” dice que “es el mentidero de los soldados, de donde salen las nuevas primero que los sucesos”, refiriéndose con ironía a la velocidad con que corría la noticia incluso -e ahí la burla- antes de que se produjese. Desde él podían verse muchas de las carrozas y los correos con destino al Alcázar.
El Monasterio fue reformado en 1718 después de un incendio. La orden de su derribo vino en 1836 con la Desamortización que se realizó en los años siguientes para dar paso a las primeras casas burguesas de
Madrid : las del maragato Sr. Cordero que las construyó después de tocarle la Lotería.
Donde la Puerta del Sol se estrecha para entrar en la calle Mayor estaba desde 1547 el grandioso Monasterio agustino de San Felipe el Real.
En el Siglo de Oro, la monumentalidad del conjunto en su exterior le permitía albergar un ambiente sin igual, tanto sobre las empinadas gradas que subían al Templo elevándolo del nivel de la calle, como en el espacio de los laterales junto a la calle, que se convirtieron en locales comerciales, sobre todo de libreros y que el vulgo vino a llamar “las covachuelas” de San Felipe. Aquí se vendieron muchas de las primeras ediciones de nuestros clásicos en pliegos de cordel.
Este lugar estaba tan bien ubicado, que era un auténtico mirador de la vida y las ansias urbanas. Ahí estaban “enterándose” todos y de todo. Por ello Vélez de Guevara en “El diablo Cojuelo” dice que “es el mentidero de los soldados, de donde salen las nuevas primero que los sucesos”, refiriéndose con ironía a la velocidad con que corría la noticia incluso -e ahí la burla- antes de que se produjese. Desde él podían verse muchas de las carrozas y los correos con destino al Alcázar.
El Monasterio fue reformado en 1718 después de un incendio. La orden de su derribo vino en 1836 con la Desamortización que se realizó en los años siguientes para dar paso a las primeras casas burguesas de
Madrid : las del maragato Sr. Cordero que las construyó después de tocarle la Lotería.
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