Es fama que en este lugar construyó SAN FRANCISCO DE ASIS una choza y una ermita en 1217.
San Francisco El Grande tiene en sus orígenes una tradición que ha quedado reflejada en las crónicas de Madrid. Se dice que San Francisco de Asís (cuyo nombre de pila era Giovanni, hijo de Piero Bernardone y de Pica de Bourlemont ) fundó, en un pequeño huerto que le regalaron en la Villa, un mínimo cenobio, que consistía en una choza y una ermita junto a una fuentecilla pequeña entre dos álamos. Era el año de 1217 y Francisco, con 35 años, era ya muy conocido por sus virtudes de servicio, humildad y amor a la naturaleza y a todo lo creado por Dios. Dicen que estando en Madrid enfermó de unas graves fiebres tercianas, y que la aguas de esta fuente le curaron.
Este lugar ha sido célebre y querido por los madrileños. Francisco y sus discípulos levantaron en él la casa que se llamó el “cuarto viejo de San Francisco”, que luego fue el Convento de Ave María donde tuvieron capillas y enterramientos los linajes madrileños más poderosos. El edificio actual, que sustituyó al monasterio franciscano, fue construido por Francisco de las Cabezas entre 1761 y 1768, continuó dirigiendo sus obras el también arquitecto Antonio Polo y lo concluyó Francisco Sabatini en 1784. Actualmente pueden contemplarse en sus naves obras pictóricas de los siglos XVII, XVIII y XIX.