"El lienzo, que representa uno de los milagros más famosos realizados por el santo labrador, al hacer emerger a su hijo sobre las aguas del pozo al que se había precipitado, puede fecharse en torno a 1700 y muestra ciertos rasgos neomanieristas presentes en la pintura de fin de siglo (...).
Comentario extraído del libro "Catálogo de las pinturas. Madrid: Museo Municipal".