El teatro fue construido como Coliseo de la Princesa y costeado por el marqués de Monasterio según proyecto de Agustín Ortiz de Villajos, autor de obras desaparecidas tan importantes como el Circo Price y la Iglesia y hospital del Buen Suceso de la calle Princesa.
Fue desde sus inicios uno de los teatros más importantes de Madrid por el tamaño y las condiciones de su sala. Aunque el solar es irregular y no permitía desarrollar convenientemente las estancias en torno al escenario, el interior de la sala es amplísimo, con una decoración neomudéjar que aprovecha las excelentes posibilidades del hierro como material arquitectónico y ornamental.
El teatro se inauguró en octubre de 1885 y en él fue titular durante muchos años la Compañía de María Guerrero de la que tomó el nombre con posterioridad.