Patrimonio urbano
Ruinas de la Ermita de San Isidoro
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Descripción
Titulo:
Ruinas de la Ermita de San Isidoro
Fecha:
Entre 1 de Enero de 1050 y 31 de Diciembre de 1050
Descripcion:
Pétreo (caliza y arenisca) y cerámico (ladrillo)
Portada: Altura: 7.00 x Anchura: 13.00 x Fondo: 1.00 m.
Ábside: Altura: 14.00 x Anchura: 25.00 x Fondo: 1.00 m.
Parque del Retiro

Conjunto de construcciones que configuraron en origen la ermita románica de San Isidoro, de la que apenas sí quedan como restos la cabecera semicircular y la portada lateral. La primera se organiza con semicolumnas adosadas de orden gigante, que recorren todo el frente, abriéndose en medio arcos de medio punto sobre columnillas con capiteles con motivos vegetales. Los vanos se reducen a estilizados tragaluces, predominando así el macizo, tan característico de la arquitectura románica.

En cuanto a la portada, también es de medio punto, con arco moldurado que descansa en columnas, salvo el extradós y el intradós que lo hacen sobre pilares. Los motivos de decoración son también vegetales, al igual que en el ábside.
Tipo:
Monumentos
Signatura:
s/sig
Núm Inventario:
s/n

Comentario
Las ruinas de la Ermita que adornan el Parque del Retiro, junto a la Montaña Artificial, se deben a la voluntad del presidente del gobierno Antonio Cánovas del Castillo, que con el fin de preservar esta pequeña muestra del patrimonio histórico español se la adquirió a un particular, Emilio Rotondo Nicolau.

Se trataba de la iglesia del siglo XI de San Pelayo o de San Isidoro, llamada así también por haber descansado en ella el cadáver de este santo en su traslado de Sevilla a León, la cual se hallaba situada extramuros de la ciudad de Ávila. Tenía en origen una sola nave cubierta con armadura de madera, excepto en el ábside que era una bóveda esférica. Convertida en parroquia en el año 1258, acabaría por desaparecer su culto cuando éste pasó a la nueva catedral.

En 1884 fue adquirida por el Estado para adornar los jardines del Museo Arqueológico Nacional, con el parecer contrario de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, lo que forzó que fueran cedidos al Ayuntamiento de Madrid en 1896, el cual inmediatamente decidió situarlos en el Parque de Madrid o del Retiro por acuerdo del 9 de marzo de ese año.
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