Descripción
Titulo:
Francisco Pérez Mateo
Fecha:
2008
Lugar:
Madrid
Descripcion:
Dirección: C/ Justo Dorado, 3
Distrito: Moncloa
Colocada en el 4 de diciembre de 2008
Distrito: Moncloa
Colocada en el 4 de diciembre de 2008
Tipo:
Placa conmemorativa
Signatura:
s/sign
Palabras Clave:
Comentario
En este lugar vivió y tuvo su estudio FRANCISCO PÉREZ MATEO escultor de vanguardia que murió en la defensa de Madrid (1903 – 1936).
Francisco Pérez Mateo (Barcelona, 1903 – Madrid, 1936) fue un escultor que adoptó la estética del Nuevo Realismo o Nueva Objetividad, siendo coetáneo de la Generación del 27. Murió en la defensa de Madrid ante las tropas sublevadas contra el Gobierno de la República.
Pérez Mateo era hijo de un camarero que logró ser “maitre” en el conocido Hotel Colón, conocido en la Barcelona de comienzos del siglo XX como un centro de reunión de políticos, intelectuales y hombres de negocios. Su hijo Francisco estudió con los Escolapios en Barcelona, donde comenzó a destacar por sus dotes artísticas y a familiarizarse con la talla en madera. También, siendo apenas un adolescente, entró en contacto con las corrientes vanguardistas de la ciudad catalana y conoció al escultor Joan Rebull, que defendía la denominada “talla directa” como símbolo de modernidad.
En 1919 se trasladó con su padre a Madrid, que había conseguido un trabajo en el Hotel París, en la Puerta del Sol, lugar también de encuentro de artistas e intelectuales, pues en los bajos del hotel se encontraba el conocido Café de la Montaña, donde celebraba sus tertulias, entre otros, Ramón María del Valle Inclán.
El escultor superó la prueba de acceso a la Academia de San Fernando el 14 de octubre de 1919, dedicándose a perfeccionar su técnica a lo largo de los siguientes cinco años. En este tiempo creó un taller de canteros para desarrollar la técnica de la “talla directa” y se sirvió, en algunos casos, del aluminio como material escultórico. En 1923, al finalizar sus estudios, obtuvo un premio que consistía en una beca para estudiar en París, ciudad a la que viajó en 1925, y donde entró en contacto con las nuevas tendencias artísticas y, especialmente, con la obra de Antoine Bourdelle, quien le influiría poderosamente. A su regreso a Madrid, Pérez Mateo propugnará la “Nueva Objetividad” junto con artistas como Antonio Alix, que morirá a manos de la Guardia de Asalto en 1933, y Pedro Muñoz Condado. Entre los años 1929 y 1930 comenzó a desarrollar en su obra la temática deportiva que le caracterizará: “Los Boxeadores”, de 1930, “Nadadores”, del mismo año, o “Lanzador de Martillo”, de 1931, son un buen ejemplo de esta tendencia. En 1933 se afilió al Partido Comunista y participó en la Primera Exposición de Arte Revolucionario. En 1936 realizó los murales del Cine Capitol para el estreno de “Tiempos modernos”, de Chaplin, y trabajó en los talleres de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, donde realizó numerosos bocetos de milicianos para la propaganda política. Ese mismo año ingresó en el Quinto Regimiento, donde obtuvo el grado de alférez. El 6 de noviembre murió cuando el Batallón Comuna de París defendía la localidad de Carabanchel. No se conocen los pormenores de su muerte ni se pudo identificar su cadáver.
En el pabellón español de la Exposición Universal de París, de 1937, se le rindió un homenaje póstumo y Picasso le dedico a él y al escultor Emiliano Barral, también muerto en la contienda civil, su obra “La dama oferente”.
Posteriormente, su obra fue injustamente olvidada hasta que en 1982 se presentó una muestra de su producción escultórica en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense. En 2002 el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) le dedicó a su obra una exposición antológica coordinada por la historiadora y crítica de arte, Josefina Alix.
Francisco Pérez Mateo (Barcelona, 1903 – Madrid, 1936) fue un escultor que adoptó la estética del Nuevo Realismo o Nueva Objetividad, siendo coetáneo de la Generación del 27. Murió en la defensa de Madrid ante las tropas sublevadas contra el Gobierno de la República.
Pérez Mateo era hijo de un camarero que logró ser “maitre” en el conocido Hotel Colón, conocido en la Barcelona de comienzos del siglo XX como un centro de reunión de políticos, intelectuales y hombres de negocios. Su hijo Francisco estudió con los Escolapios en Barcelona, donde comenzó a destacar por sus dotes artísticas y a familiarizarse con la talla en madera. También, siendo apenas un adolescente, entró en contacto con las corrientes vanguardistas de la ciudad catalana y conoció al escultor Joan Rebull, que defendía la denominada “talla directa” como símbolo de modernidad.
En 1919 se trasladó con su padre a Madrid, que había conseguido un trabajo en el Hotel París, en la Puerta del Sol, lugar también de encuentro de artistas e intelectuales, pues en los bajos del hotel se encontraba el conocido Café de la Montaña, donde celebraba sus tertulias, entre otros, Ramón María del Valle Inclán.
El escultor superó la prueba de acceso a la Academia de San Fernando el 14 de octubre de 1919, dedicándose a perfeccionar su técnica a lo largo de los siguientes cinco años. En este tiempo creó un taller de canteros para desarrollar la técnica de la “talla directa” y se sirvió, en algunos casos, del aluminio como material escultórico. En 1923, al finalizar sus estudios, obtuvo un premio que consistía en una beca para estudiar en París, ciudad a la que viajó en 1925, y donde entró en contacto con las nuevas tendencias artísticas y, especialmente, con la obra de Antoine Bourdelle, quien le influiría poderosamente. A su regreso a Madrid, Pérez Mateo propugnará la “Nueva Objetividad” junto con artistas como Antonio Alix, que morirá a manos de la Guardia de Asalto en 1933, y Pedro Muñoz Condado. Entre los años 1929 y 1930 comenzó a desarrollar en su obra la temática deportiva que le caracterizará: “Los Boxeadores”, de 1930, “Nadadores”, del mismo año, o “Lanzador de Martillo”, de 1931, son un buen ejemplo de esta tendencia. En 1933 se afilió al Partido Comunista y participó en la Primera Exposición de Arte Revolucionario. En 1936 realizó los murales del Cine Capitol para el estreno de “Tiempos modernos”, de Chaplin, y trabajó en los talleres de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, donde realizó numerosos bocetos de milicianos para la propaganda política. Ese mismo año ingresó en el Quinto Regimiento, donde obtuvo el grado de alférez. El 6 de noviembre murió cuando el Batallón Comuna de París defendía la localidad de Carabanchel. No se conocen los pormenores de su muerte ni se pudo identificar su cadáver.
En el pabellón español de la Exposición Universal de París, de 1937, se le rindió un homenaje póstumo y Picasso le dedico a él y al escultor Emiliano Barral, también muerto en la contienda civil, su obra “La dama oferente”.
Posteriormente, su obra fue injustamente olvidada hasta que en 1982 se presentó una muestra de su producción escultórica en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense. En 2002 el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) le dedicó a su obra una exposición antológica coordinada por la historiadora y crítica de arte, Josefina Alix.
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