Lo construyeron Mendoza y Aragón para sus clientes habituales, la familia Urquijo, que lo destinaron a viviendas. Las fachadas muestran gran plasticidad y una sobriedad mayor que en otros edificios de este primer tramo de la Gran Vía. Su fachada está adornada con buenos ejemplos de cerámica. No se llegó a construir el templete con cúpula que adorna el proyecto de edificación que acompaña esta ficha en archivo adjunto.