Durante la fase de derribo del cuartel de San Gil, el edificio fue visitado por los supervivientes de la sublevación de los regimientos de Abuera y Garellano del 19 de septiembre de 1886 en la revolución intentada por el general Villacampa y que acabó en un fracaso absoluto. En este levantamiento los republicanos intentaron dar un golpe de estado aprovechando la muerte de Alfonso XII (25-XII-1885).