Como era habitual todos los años en el mes de octubre se celebraba la fiesta del libro por las calles de Madrid, especialmente por la Puerta del Sol y Gran Vía. En el artículo se puede leer: "Si durante ocho días pueden venderse los libros con diez por ciento de rebaja, ¿por qué no venderlos así todo el año? Si es lícito y honroso y enaltecedor meter el libro por los ojos al desprevenido transeúnte, instalando tenderetes en las aceras de la Puerta del Sol y de la Gran Vía, ¿por qué no instalarlos todo el año, utilizando la calle como la utilizan los cerveceros y cafeteros?"