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Descripción
Titulo:
Mujeres y hombres de Lavapiés, el Rastro y la Paloma
Fecha:
1990
Lugar:
Madrid
Descripcion:
Dirección: Ronda de Segovia, 65
Distrito: Centro
Colocada en el año 1990
Distrito: Centro
Colocada en el año 1990
Tipo:
Placa conmemorativa
Signatura:
s/sign.
Palabras Clave:
Comentario
En este lugar el 2 de mayo de 1808 combatieron MUJERES Y HOMBRES DE LAVAPIÉS, EL RASTRO Y LA PALOMA contra los coraceros franceses.
La salida, el 2 de mayo de 1808, a primera hora de la mañana, de los dos hijos de Carlos IV, Maria Luisa y Francisco de Paula, para reunirse con sus padres en Bayona, y sobre todo el hartazgo de la situación política y de la ocupación francesa, que ya había tenido un primer brote de cólera ciudadana en el Motín de Aranjuéz, el 17 de marzo de ese año, estalló de forma incontenible en toda la ciudad de Madrid. La muchedumbre se sublevó e intentó asaltar el Palacio Real al grito de “¡Que nos lo llevan!” cuando sacaban del palacio al infante Francisco de Paula. El general Murat, al mando de las tropas francesas, decidió atajar la sublevación de forma radical. Mandó a Palacio a la Guardia Imperial con su artillería, mientras que la reyerta se extendía por toda la ciudad. Tres fueron los focos de resistencia contra los mamelucos, coraceros y artilleros napoleónicos: la Puerta de Toledo, la Puerta del Sol y el Parque de Artillería de Monteleón. A excepción de este último bastión, los hombres y las mujeres lucharon con piedras, agujas de coser, tijeras y macetas contra un ejército organizado como sucedió en los barrios de Lavapiés, El Rastro y La Paloma. Goya, contemporáneo de los hechos, reflejó estos hechos en un óleo de 1814 conocido como “La carga de los mamelucos”, y la represión posterior en “Los fusilamientos”, así como en muchas de las escenas de la serie de grabados “Los desastres de la guerra”, que se conservan en el Museo del Prado.
La salida, el 2 de mayo de 1808, a primera hora de la mañana, de los dos hijos de Carlos IV, Maria Luisa y Francisco de Paula, para reunirse con sus padres en Bayona, y sobre todo el hartazgo de la situación política y de la ocupación francesa, que ya había tenido un primer brote de cólera ciudadana en el Motín de Aranjuéz, el 17 de marzo de ese año, estalló de forma incontenible en toda la ciudad de Madrid. La muchedumbre se sublevó e intentó asaltar el Palacio Real al grito de “¡Que nos lo llevan!” cuando sacaban del palacio al infante Francisco de Paula. El general Murat, al mando de las tropas francesas, decidió atajar la sublevación de forma radical. Mandó a Palacio a la Guardia Imperial con su artillería, mientras que la reyerta se extendía por toda la ciudad. Tres fueron los focos de resistencia contra los mamelucos, coraceros y artilleros napoleónicos: la Puerta de Toledo, la Puerta del Sol y el Parque de Artillería de Monteleón. A excepción de este último bastión, los hombres y las mujeres lucharon con piedras, agujas de coser, tijeras y macetas contra un ejército organizado como sucedió en los barrios de Lavapiés, El Rastro y La Paloma. Goya, contemporáneo de los hechos, reflejó estos hechos en un óleo de 1814 conocido como “La carga de los mamelucos”, y la represión posterior en “Los fusilamientos”, así como en muchas de las escenas de la serie de grabados “Los desastres de la guerra”, que se conservan en el Museo del Prado.
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