Lo más valorado (2315)




Patrimonio urbano
Elena Fortún
Tu nota: Nota media: 3.0/5 Votaciones: 273
Comparte:   
Descripción
Titulo:
Elena Fortún
Fecha:
2016
Lugar:
Madrid
Descripcion:
Dirección: Huertas, 41.
Distrito: Centro.
Colocada en el 1 de octubre de 2016.
Tipo:
Placa conmemorativa
Signatura:
s/sign.

Comentario
Aquí pasó su infancia la escritora ELENA FORTÚN (1886 – 1952). Creadora de Celia y de muchos cuentos más.

Encarna Aragoneses de Urquijo, más conocida por su pseudónimo, Elena Fortún, nació en Madrid, ciudad en la que también moriría tras haber conocido el exilio. Su padre, Leocadio Aragoneses, era alabardero real y su madre, Manuela de Urquijo, pertenecía a la nobleza vasca. Encarna, la futura Elena Fortún, estudio Filosofía y Letras en Madrid. En 1908 se casó con Eusebio de Gorbea, escritor y militar republicano.

Elena Fortún, ya con este nombre, empezó a publicar en 1928 en la revista Blanco y Negro, dentro de la sección de Gente Menuda, las historias de la niña madrileña, Celia Gálvez de Montalván, la popular Celia, que se volvió muy famosa y apreciada por los lectores infantiles. Celia era una niña resoluta, que cuestionaba el mundo de los adultos, curiosa, inquieta, aficionada a los libros, tal como la describió Elena Fortún a Florinda Díaz Hernández, la niña en la que se había inspirado para crear su personaje: “cuando me hablan de ti siempre me describen tu espíritu inquieto, lleno de curiosidades, aficionada a leer cuanto cae en tus manos, tal vez un poquito romántica en el fondo, pero muy en el fondo, para que nadie descubra ese tesoro de ternura que sólo tu madre conoce… Así veo yo a Celia y así eres tú.” Pero no sólo Celia, sino que también se volvieron muy populares su hermano Cuchifritín, Matonkiki, Mila, el conejito Roenueces, Don Oppas o el Mago Pirulo, entre otros muchos personajes del mundo infantil.

El personaje de Celia interesó a la editorial Aguilar, que comenzó a publicar, de forma continuada sus aventuras. Así surgieron, entre otros, los títulos Celia, lo que dice (1929), Celia en el colegio (1932), Celia novelista (1934), Celia en el mundo (1934), Celia y sus amigos (1935) o Celia en la revolución, publicada póstumamente en 1987, aunque escrita en 1943. Cuchifritín y Matonkiki fueron también personajes muy famosos que dieron título a diversos libros de Elena Fortún.

Encarna Aragoneses perteneció a Lyceum Club Femenino, que bajo la presidencia de María de Maeztu, reunía a un grupo aventajado de mujeres que luchaban por la igualdad de la mujeres y sus derechos. Entre ellas hay que recordar, entre otras, a Carmen Baroja, Isabel Oyarzábal, Victoria Kent o Zenobia Camprubí, traductora de Tagore al español y mujer del poeta Juan Ramón Jiménez, que ejercía las funciones de secretaria. En 1931, Elena Fortún, aunque no militase en partido u organización política, se sintió profundamente identificada con el gobierno de la II República, pues estaba empeñado en acabar con analfabetismo y con la discriminación y desigualdad de las mujeres.

Tras la guerra, Encarna Aragoneses, Elena Fortún, se ve obligada a exilarse en Argentina, donde permaneció hasta 1948. En ese año, a los pocos meses de regresar a España, murió su marido de forma trágica en Buenos Aires. Los últimos años de Elena Fortún estuvieron, de algún modo, marcados por ese suceso luctuoso, aunque retomó la escritura y continuó publicando las aventuras de sus héroes infantiles.

En el primer piso de la finca de la calle Huertas, 41, donde se encuentra la placa, vivió la escritora los años de su infancia, fue donde inició sus primeras lecturas y donde aprendió a jugar sola inventándose amigos imaginarios. Aquí es donde leyó al escritor noruego, Hans Christian Andersen, y se hizo compañera inseparable de Vicenta, la hija del portero, que marcarían para siempre su doble filiación afectiva: su interés por la infancia y su defensa de la justicia social.
Mapa
Opiniones