Pilar Camarón y su sobrina en el Parque de la Arganzuela frente a su domicilio. En la parte derecha de la imagen se aprecia la valla metálica que separaba el parque de la M-30.
Para este barrio la M-30 antes de ser soterrada suponía una autentica barrera urbana cuyas consecuencias más inmediatas eran: la gran contaminación acústica y atmosférica para los residentes de las viviendas cercanas, como consecuencia del fuerte tráfico que discurría por ella. Las riberas del Manzanares dejaron de ser accesibles al público. Los puentes peatonales históricos realizados en las sucesivas canalizaciones quedaron inservibles. Dificultaba la comunicación entre los distritos de ambos lados del río sobre todo para los peatones.