"Representado de busto, con casaca gris, chorreras y peluca, el retratado fue quizá el más famoso corregidor de la Villa y Corte y, desde luego, el que más huella dejó, con sus iniciativas monumentales, hasta tiempos de Carlos III.
Protector del arquitecto Pedro de Ribera, a su empeño se deben las mejores obras de éste, entre ellas el Hospicio de san Fernando, sede del Museo Municipal, el Puente de Toledo, la fuente de la Fama y la ermita de la Virgen del Puerto".
Comentario extraído del libro "Catálogo de las pinturas. Madrid: Museo Municipal".