Este curioso objeto lo utilizaban en la Mantequería Andrés para saber si los huevos eran frescos, nos cuentan que cuando llegaban a la tienda en cajas de madera entre paja los examinaban uno a uno. Este aparato consta de un cuerpo cilíndrico con dos orificios de tamaño de un huevo, lleva una bombilla en su interior enroscada a un casquillo con interruptor de porcelana, una palomilla lo mantenía fijo al mostrador. Una vez encendido, el haz de luz que atraviesa el huevo permite ver si tiene más o menos cámara de aire lo que indica la frescura del mismo.